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Antes q' nada eres padre

 

ANTES QUE NADA ERES PADRE

Ni tu trabajo, ni tu profesión, ni tus negocios, nada tiene más importancia que tus hijos ni el pretexto de que, si no les dedicas más tiempo es porque estás ganando un futuro mejor para ellos.

Ya conocemos todas esas frases, la verdad es que tus hijos necesitan mucho más tu presencia que tu dinero.

Ocupas un puesto importante en la sociedad y la sociedad te exige que te entregues a ella, hasta aquí te comprendemos perfectamente.

¿Olvidas también que ocupas un puesto importante en tu familia y que tu familia también te exige que te entregues a ella?

Eres un gran experto, eres directivo, eres luchador, trabajas de día y de noche, viajas...

¡Está bien, pero no olvides que eres Padre y que el mayor negocio y la mayor empresa de tu vida son tus hijos!

¿Sabes que muchos de los despistes de la juventud, muchos de los desarraigos y de la delincuencia que ahora condenas se deben en gran parte a la falta de proximidad, de presencia, de calor de los padres en los años decisivos de la niñez y de la adolesencia?

Desde el día en que tuviste a tu primer hijo, eres algo distinto a lo que eras antes: Eres Padre.

¿Observaste que ella desde que supo que iba a tener un hijo, se convirtió de golpe de esposa en madre?

La observaste y hasta te pareció un poco excesiva la transformación. Puede que tuvieras un poco de razón, la verdad es que la maternidad es una especie de milagro que convierte a toda mujer, en madre.

Eso no ocurre tanto con los padres, por eso en ellos, la reflexión racional debe complementar más la fuerza del instinto.

Porque ser Padre es algo tan grande que, cuando los hombre preguntaron cómo habían de llamar al supremo ser, se les dijo que le llamaran Padre Nuestro.